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Boletín Meteorológico Vespertino, 01 de Agosto de 2024



 

Boletín Semanal




 

Nota mensual: El control de los fenómenos meteorológicos

 El control de los fenómenos meteorológicos

  Por: Raymundo Contreras Hernández

Desde el siglo pasado, la ciencia y la población interesada en la agricultura, la industria y otros sectores, se han cuestionado la posibilidad de controlar la formación o disipación de nubes, y por lo tanto, de las lluvias para su beneficio. 

En ambos casos, se altera el ciclo natural del agua y la biodiversidad.

El problema para las personas que habitamos este planeta, es que en todas las regiones donde se presentan fenómenos meteorológicos adversos, afectan negativamente a alguna actividad económica, eventos como sequía meteorológica, olas de calor o frío, nieblas, granizo y lluvias extremas, condicionan los intereses de la población. Se dan iniciativas que buscan lógicamente contrarrestar los impactos de esas situaciones meteorológicas. En la actualidad hay una innegable relación entre regiones que se encuentran en fases de niveles de precipitación por debajo de los niveles medios habituales y la aparición de búsqueda de soluciones.

La humanidad ha sido el principal depredador de los recursos naturales y en México, considerado como país megadiverso a nivel mundial, está perdiendo dicha distinción por la explotación y falta de planeación para mantener el equilibrio de los ecosistemas y la vida humana.

La sobreexplotación de los acuíferos nacionales y la inadecuada gestión del agua, ha ocasionado que se presenten con mayor frecuencia problemas de escasez y desabasto en las zonas urbanas, vulnerando con ello el derecho de acceso al agua para un importante número de personas; quienes se ven obligadas a conseguirla por otros medios, como pipas, o emprendiendo largos viajes para acarrear el agua.

Sin duda alguna, uno de los recursos más preciados de los que México tiene y en particular el estado de Veracruz, es el agua; al ocupar geográficamente gran parte del Golfo de México y tener una amplia cantidad de sistemas de ríos, lagos y lagunas, que dotan de agua a la población. 

La pregunta que resaltaría es ¿qué se ha experimentado o investigado para tratar de manipular a favor de nuestros intereses la presencia o ausencia de fenómenos meteorológicos?.

Los primeros experimentos realizados se remontan al año 1930, cuando el holandés Veraart, utilizó dióxido de carbono sólido (hielo seco) y logró ciertos resultados positivos, por lo que se le puede considerar el primer precursor de la estimulación artificial de la lluvia. Sin embargo, no pudo explicar los fundamentos físicos de su experimento. El científico italiano Combicci, ante la preocupación de las pérdidas monetarias ocasionadas por las lluvias y granizo en las cosechas de viñedos y manzanos, realizó la primera hipótesis de que las partículas de humo proyectadas por un generador de ondas ionizantes (cañones), podría aumentar la condensación de nubes para formar gotitas y evitar la formación de granizo. Aunque no tenía un fundamento sólido y sabiendo que el granizo al caer a la superficie por su peso y fricción con el viento va convirtiéndose en gota de lluvia, en ese entonces, solo era una idea o suposición, pero generó el interés en otras partes del mundo.


En los años 40, el alemán Findeisen demostró la posibilidad de estimular la lluvia y de combatir el granizo y la formación de hielo en los aviones (engelamiento). Entre 1942 y 1944 llevó a cabo varias experiencias en vuelos que permiten considerarlo como el “padre de la modificación artificial del tiempo”. En 1946 los norteamericanos Langmuir y Schaefer, consiguieron provocar lluvia mediante la siembra de CO2, contribuyendo con sus experimentos y ensayos al conocimiento de los mecanismos de formación de la precipitación. A finales de esa década, el también norteamericano Vonnengut descubrió que el yoduro de plata o el yoduro de plomo, constituían efectivos núcleos de hielo, aunque también puso de manifiesto la dificultad de las aplicaciones prácticas de estas técnicas. En el mismo país, hubo quienes experimentaron con los cañones, usando pólvora

y nitroglicerina, para modificar el proceso y formación de nubes. Al final de siglo se introdujo el cañón que en lugar de pólvora usaba acetileno, sustancia que a la fecha se sigue utilizando, debido a que es un gas compuesto por carbono e hidrógeno, un poco más liviano que el aire y que genera una explosión estruendosa, provocando que las ondas expansivas lleguen a las nubes y fragmenten las gotas de agua en la misma.

Desde la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) del Gobierno Federal de los Estados Unidos, se iniciaron al final del siglo pasado, los experimentos y campañas financiadas, como fue el caso del proyecto Stormfury, que pretendía atenuar la intensidad de los huracanes mediante la siembra de estos. Este proyecto, a pesar de las críticas de países como Cuba, se mantuvo durante dos décadas más, hasta que se reconoció que la siembra no influía en el comportamiento de los huracanes.

China es uno de los países con más actividad en el campo de la modificación artificial del tiempo, debido al volumen de recursos económicos y humanos que ha dedicado a esta actividad soportada por el propio servicio meteorológico chino. Los proyectos que se desarrollan dentro de la modificación artificial del tiempo en China están dedicados al incremento de la precipitación, supresión del granizo y dispersión de la niebla. Prácticamente todas las provincias mantienen un programa operativo o de investigación sobre modificación artificial del tiempo. Además de China, otros países punteros por las inversiones realizadas en programas operativos de modificación artificial del tiempo son Estados Unidos, Tailandia e India.

México también incursionó en las técnicas de siembra de nubes. Desde 1948 hasta finales de 1970, en Necaxa, Puebla, se llevó a cabo el mayor experimento en esta materia a nivel mundial, utilizando yoduro de plata.

Asimismo, otra de las creencias y tradiciones de nuestro país en celebraciones o tiempos de cosecha, es el lanzar ciertos tipos de cohetes con pólvora al cielo para que las ondas sonoras fragmenten la nube y ya no llueva o minimice la cantidad, para que no afecte su cosecha o fiesta.

Por otra parte, en el sector industrial y tomando como ejemplo la ciudad de Puebla, específicamente la planta automotriz Volkswagen, se apoyó de cañones para evitar que las lluvias fuertes y en particular el granizo, afectara sus vehículos y tener pérdidas millonarias. Sin embargo, el daño colateral de su uso, afectó a varios miles de hectáreas alrededor de la planta y ocasionaron pérdidas al sector agrícola principalmente de frijol, haba y papa. A mediados del 2017 el director de Gestión Ambiental y Sustentabilidad de Volkswagen, y el vicepresidente de Relaciones Corporativas y Compliance Officer de la empresa, reconocieron no contar con los permisos de la Conagua, ni de alguna otra instancia federal.


No obstante, al año siguiente empezaron a operar luego de que la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT) local, autorizó el uso de tres dispositivos, sin un previo estudio de impacto ambiental, durante dos horas al año.

Si bien en México hay diferentes tipos de clima, en la temporada de lluvias para algunos sectores como el industrial y el agrícola, sería de gran ayuda el poder controlar la cantidad e intensidad de precipitación para evitar daños y pérdidas monetarias y materiales. Se sabe que hasta ahora es imposible lograrlo, pero en varios países del mundo aseguran que es posible. Derivado de lo anterior, en el estado Veracruz se trabaja en la legislación de esta acción para quienes hagan uso de dichos artefactos y alteren el ciclo del agua, sean sancionados.

En conclusión, el uso de artefactos para debilitar o disipar la formación de lluvia no tiene sustento para la comunidad científica debido a la alteración del ciclo del agua y con ello la biodiversidad del planeta, de por sí ya se viven los efectos del cambio climático y sumarle una alteración al proceso, podría empeorar los problemas de sequía o lluvias extremas, y en ambos casos podría generar otras alteraciones y pérdidas en varios sentidos.  

El posicionamiento de la Organización Meteorológica Mundial es que: “Se debe tener presente que la energía asociada a los sistemas meteorológicos es de tal magnitud que es imposible crear sistemas nubosos que dejen precipitación, modificar los patrones de viento para traer vapor de agua a una región, o eliminar completamente los fenómenos meteorológicos extremos. Las tecnologías de modificación artificial del tiempo con las que se afirma que se pueden lograr efectos a tan gran escala o tan extraordinarios carecen de una base científica sólida (por ejemplo, cañones antigranizo o métodos de ionización) y no son científicamente creíbles.”


Referencias

Página Principal | Servicio de Información Meteorológica Mundial (wmo.int)

¿Control de nubes? El mito de los cañones antigranizo - Ciencia UNAM

Cañones antigranizo: ¿Qué son y cuál es su función? | El Universal Puebla

AEMET AL MARGEN DE LAS LLAMADAS “AVIONETAS ANTI-LLUVIAS” | Aemetblog

Una fábrica de autos en México quiso controlar el clima; sus vecinos la culpan por la sequía - The

New York Times (nytimes.com)

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