Ahora,
el calentamiento global ha generado un cambio climático que
significa una temperatura promedio mayor y, quizá lo más crítico
en el corto plazo, genera importantes alteraciones en las épocas y
la intensidad de las lluvias, lo cual afecta negativamente al
productor del campo, actor central en la construcción de la paz. En
algunas regiones de Colombia, y sin consideración o referencia al
mes del año, hoy en unas partes falta el agua y, simultáneamente,
en otras las lluvias arrasan carreteras y destruyen cultivos. Lo que
regionalmente vivimos es algo que se extenderá por todo el país y
por toda América Latina. Según el informe Cambio climático amenaza
la base de la seguridad alimentaria de América Latina y el Caribe:
el sector agrícola(FAO/Cepal/Aladi, 2016), “el cambio climático
afectará el rendimiento de cultivos, economías locales y seguridad
alimentaria en el Noreste del Brasil, Centroamérica y partes de la
región andina”. En Centro y buena parte de Suramérica, la
variabilidad climática y el calentamiento ya están generando
impactos económicos desastrosos. La región enfrenta desafíos
importantes en términos de su seguridad alimentaria y hay una
relación estrecha entre la magnitud de los impactos asociados al
cambio climático y los niveles de pobreza de los países y sus
individuos. Entre menor es la capacidad adaptativa de la población,
mayor es el impacto del cambio climático. Como bien ratifica un
pequeño cultivador boyacense, “el rico tiene su depósito de agua
y su sistema de riego, que algo le ayuda; nosotros estamos a la
intemperie, es decir, dependemos del agua que viene del cielo”. El
calentamiento está generando desplazamientos —en altitud y
latitud— de cultivos como café, caña de azúcar, papa y maíz. La
migración a mayores alturas del cultivo del café está disminuyendo
el área total apta para producir café de calidad. En el caso de la
papa, la migración a zonas de mayor altitud aumenta la amenaza sobre
la conservación de los páramos y con ello el abastecimiento de agua
a campo y ciudades. Disminuir la vulnerabilidad exige fortalecer
diversos frentes en la política pública y adelantar una efectiva
gestión ambiental pública y privada que signifique cambios
estructurales en patrones de producción y consumo. Si esto no se da,
se pone en riesgo la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la
agricultura en América Latina. Debemos buscar la solidaridad de los
países que han sido principales aportantes al calentamiento global,
pues requerimos un modelo agrícola sostenible que se adapte al
cambio climático y que simultáneamente proteja los recursos
naturales. Para Colombia, el reto tiene una característica muy
particular. La consolidación de los acuerdos de paz exige un
desarrollo socioeconómico equitativo, que mejore la calidad de vida
de los productores del campo. Esto en un momento en que los efectos
del cambio climático se vuelven cada vez más profundos y notorios
en los sistemas productivos y afectan de manera más fuerte al
pequeño productor campesino, actor central en el posacuerdo.
Consolidar la paz enfrenta dificultades y múltiples riesgos.
Empujemos todos para el mismo lado. http://www.elespectador.com
Mapas
de Temperatura
máxima, Temperatura mínima y Precipitación
|
Datos
Extremos Registrados en
las ultimas 24 hrs,
hasta
las 8:00
am del
|
COMPORTAMIENTO
DIARIO DE LA TEMPERATURA Y PRECIPITACIÓN
EN LOS OBSERVATORIOS DEL ESTADO DE VERACRUZ |