Polvo del Sahara.
Por Eleazar Emmanuel Gómez...
En años recientes algunos de los temas que han ganado gran popularidad entre la población son los concernientes al cambio climático, sustentabilidad, resiliencia y la contaminación, este último de gran amplitud, sin embargo, uno que es muy novedoso y actualmente se difunde mucho por las redes sociales es la propagación del polvo del Sahara ("Sarahan Air Layer", SAL por sus siglas en inglés), cabe mencionar que lleva siendo objeto de estudio por varias décadas y muchas controversias se han suscitado sobre el efecto de estas nubes de polvo y sus probables impactos en el tiempo meteorológico, la salinidad de los océanos, las alteraciones en los ecosistemas marinos y en la salud humana.
La propagación del polvo Sahariano es un ciclo que se remonta desde hace unos tres millones de años, desde que las húmedas sabanas y bosques que un día cubrieron el norte de África se convirtieron en el mayor desierto del planeta con un área de aproximadamente de nueve millones de kilómetros cuadrados, equivalente aproximado al territorio que cubre los Estados Unidos de Norteamérica.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) fue una de los primeros organismos de las Naciones Unidas, que comenzaron a abordar el problema de la dispersión de partículas de dicho polvo, su monitoreo, observación, evaluación y previsión en respuesta a la solicitud de 40 miembros países.
La propagación de este polvo no solo está confinado al desierto del Sahara, también en las regiones polares se presenta, esto debido a la vegetación escasa, superficies estériles y fuertes vientos, condiciones que causan baja retención de agua en la superficie, erosión y alta volatilidad de partículas finas hacia la atmósfera, por citar un ejemplo significativo, las zonas áridas de Islandia mismas que son objeto de numerosas investigaciones científicas.
Pero ¿Qué es el polvo del Sahara?
Es una masa de aire muy seca cargada de polvo muy fino que se forma sobre el desierto del Sahara, moviéndose usualmente hacia el océano Atlántico a finales de la primavera, durante el verano e inicios del otoño con una periodicidad de 3 a 5 días. Está relacionada directamente con una disminución significativa en la humedad relativa, hasta un 50% menos en comparación con un día típico tropical y con la aceleración de los vientos para alcanzar velocidades de 35 a 90 Km/h, mismas que usualmente se encuentran entre los 2 y 4.5 km de altitud en las zonas central y occidental del Océano Atlántico.
¿Cómo se forma?
Con el inicio de la primavera comienza el aumento de la propagación de polvo proveniente del Sahara como resultado del intenso y prolongado calentamiento del aire durante los meses de verano y comienzos del otoño, calcinando el suelo y la arena del Sahara para descomponerse en partículas muy pequeñas, que bajo la acción de los fuertes vientos, provocados por fuertes contrastes de presión y térmicos, sobre la superficie del suelo genera extraordinarias tormentas de polvo, produciendo una profunda capa de mezclamiento que se extiende entre 1.5 a 7 km de altitud aproximadamente.
Sus características
La capa de polvo del Sahara está caracterizada por concentraciones de cuarzo, fosforo, hierro, manganeso, esporas de hongos, polen, bacterias y elementos patógenos. El polvo que se caracteriza por ser muy rico en nutrientes se estima que proviene principalmente de una región conocida como la depresión de Bodele, situado en el país africano de Chad, una zona cubierta antiguamente por un lago donde se acumulan rocas con gran cantidad de fósforo.
Si bien, existe una gran diferencia entre polvo y arena, la cual radica en el diámetro de las partículas, hablamos de polvo si el diámetro es inferior a 100 micras y de arena si es mayor a 100 micras, sin embargo, debido a su alta peligrosidad para la salud, las mediciones se concentran en las partículas con diámetros menores a 10 micras (PM10) y 2.5 (PM2.5), este pequeño diámetro y el poco peso hace posible que las corrientes de viento ascendente y en la horizontal dispersen el polvo sobre extensas áreas logrando alcanzar alturas de hasta 7 kilómetros y recorrer grandes distancias, incluso a escala planetaria.
Y ¿por qué llega a México?
Algunas investigaciones de la Universidad de Meriland (EE.UU) indican que cada año unos 182 millones de toneladas de polvo del Sahara son desplazadas por el viento hacia el Atlántico. De este total, unos 27,7 millones de toneladas de polvo se depositan sobre la cuenca del Amazonas, sin embargo, es imprescindible hacer mención que la cantidad de polvo que se registra en este fenómeno es muy variable de un año a otro.
Este polvo emerge del continente africano y se incorpora al flujo de los vientos alisios que soplan de Este a Oeste para transportarlo sobre el Atlántico, en pocos días puede desplazarse a grandes distancias para cruzar el Mar Caribe, Golfo de México, internarse en el sureste y oriente de la república mexicana, en algunas ocasiones alcanzando el sureste, sur y región central de los EE.UU.
Estas incursiones de nubes de polvo alcanzan su máxima actividad en los meses de junio y julio, disminuyendo durante en agosto y nula en septiembre, estas incursiones de polvo han sido monitoreadas desde el inicio de la implementación de los satélites meteorológicos y observándose como una bien definida nube lechosa, ver figura No. 1. Estas incursiones de polvo del Sahara se han observado en varias partes de México, especialmente en la Península de Yucatán, en estados del oriente y noreste del país, en un caso muy particular, en la ciudad de Xalapa, Ver., se ha logrado observar como una bruma espesa según la densidad de la nube de polvo y estando directamente relacionada con cielos mayormente despejados, tal como se muestra evidencia en la figura No. 2.
Actualmente, la propagación de polvo del Sahara ha disminuido significativamente en el Golfo de México y Mar Caribe, previendo continúe disminuyendo en el transcurso de este mes y durante septiembre, sin embargo, en la siguiente nota informativa se abordara sobre sus efectos negativos y positivos, por lo tanto, se recomienda mantenerse al pendiente de su seguimiento en nuestras redes sociales @spcver y Ceec Protección Civil.