Por: José Llanos Arias
En gran parte del país, la época de lluvias se presenta de
junio a noviembre, que en Veracruz tiene
dos picos de máxima intensidad, uno prácticamente sobre la primera quincena de
julio y, el segundo, entre la segunda quincena de septiembre y primera de
octubre. Entre estos dos picos -entre la segunda quincena de julio y primera de
agosto- los días con lluvia son poco frecuentes, consecuentemente la precipitación
disminuye y aumenta la temperatura. A este período se le conoce, precisamente, como
sequía de medio verano, sequía intraestival, sequía de agosto o como lo decía
mi antiguo jefe (el Ing. Horacio Rubio Vega, e.p.d.) “el veranito” y, popularmente, como La Canícula.
Este evento, cuya duración e intensidad puede ser variada y
depender de la posición geográfica y la orografía del lugar, se conoce desde
tiempos muy remotos y aún en la actualidad, el seguimiento de su comportamiento
se encuentra vigente, especialmente en el medio rural donde, afortunadamente, algunas
personas todavía no pierden esa tradición de observar la naturaleza. Esto las
lleva a saber que el impacto de La Canícula puede ser en ocasiones muy negativo,
tanto para la actividad agrícola como para la ganadería.
El nombre de La Canícula, tiene su origen en la coincidencia
de su aparición con la de la estrella Sirio, la más brillante del firmamento en
esta época. Sirio es una de las estrellas “próximas” al sistema planetario
solar, a unos ocho millones de años luz y que se localiza en la constelación
del Can Mayor, de la que La Canícula toma su nombre. Manuel Alfonseca, dice en su libro “El Tiempo
y El Hombre”, que nuestros antiguos creían que la estrella Sirio brillaba tanto
que su calor nos impactaba.
Este fenómeno se registra en varias partes del mundo y se le
ha tratado de dar una explicación física. Para el caso concreto de la república
mexicana, algunos investigadores citan que la Canícula es un fenómeno que tiene
que ver con la relación atmósfera-océano. Así, unos la atribuyen a cambios en
la circulación atmosférica sobre el Golfo de México, otros con pequeños cambios
estacionales de la temperatura superficial del mar frente a las costas de
Guerrero y Oaxaca. Sin embargo, la explicación más conocida y aceptada, es la
del desplazamiento y fortalecimiento, hacia el Golfo de México, de un sistema
de alta presión atmosférica, conocido como el anticiclón de las Bermudas-Azores,
el cual generalmente se ubica sobre el
centro del Océano Atlántico. Este corrimiento del sistema de alta presión
atmosférica inicia hacia la segunda quincena del mes de julio y regresa nuevamente
a su posición, hacia la segunda quincena de agosto.
Los sistemas de alta presión atmosférica generalmente implican
“buen tiempo”; esto es, cielo despejado a medio nublado y temperatura alta, lo
anterior es debido a que este tipo de sistemas no permiten el movimiento
ascendente del aire, una de las condiciones necesarias para la formación de
nubes y posterior registro de lluvias.
Algunos científicos de
la Universidad Veracruzana han estudiado este fenómeno, y han encontrado que sus
efectos son más perceptibles en el Norte de Veracruz, donde la precipitación
puede disminuir entre un 20 y 30% o incluso en un porcentaje mayor, mientras
que en la zona Sur, es menos recurrente y generalmente se ubica por abajo del
20%.
Otros más han relacionado la sequía intraestival con la
presencia del fenómeno de “El Niño – Oscilación del Sur”, ya que al parecer
durante estos eventos, la sequía disminuye o desaparece en casi todo el Estado
de Veracruz con excepción de la región montañosa central (Xalapa, Naolinco y
Orizaba), donde la sequía se ve incrementada. A propósito, durante este año ya
se presenta la presencia de “El Niño” y es probable persista hasta la primavera
del 2016.
Dentro de las creencias populares, al período de La Canícula
también se le asocia con enfermedades gastrointestinales, con heridas más
propensas a infectarse y con un comportamiento más agresivo de algunos
animales, incluso en este sentido, los agricultores toman mayores precauciones ante
la presencia de víboras.
En algunas regiones, a La Canícula también se le conoce como
la época de la guayaba o de escasez, debido a que en ella prácticamente no
existe producción agrícola y los recursos económicos se ven restringidos.
Sin embargo, sea cual fuere el origen mítico o científico de
este fenómeno y de las repercusiones que en ocasiones alcanzan daños severos,
lo cierto, es que cada año puede presentarse y será tema de amena conversación para
legos y doctos en la materia.