viernes, 6 de octubre de 2017

Pronóstico a 72 horas para Veracruz




Boletín Meteorológico Vespertino del 06 de Octubre de 2017




Pronóstico Inmediato 6 de octubre de 2017


Actualización de las condiciones del Tiempo 6/oct/2017


Boletín Tropical No. 128





Artículo: La Meteorología y la Protección Civil

La Meteorología y la Protección Civil

Los primeros indicios de la meteorología se remontan a los orígenes de la humanidad y seguramente también lo son para la Protección Civil. La humanidad siempre ha buscado la forma de sobrevivir a través de diferentes medios que le permiten su sustentabilidad y lo protejan de cualquier amenaza, dice Jon Erickson en su libro Las Tormentas, “El hombre primitivo huía para buscar refugio mientras furiosas tormentas se abatían sobre él con sus oleadas de negras nubes, lazando rayos aun lado y otro, y ensordecido por el rugir de los truenos. Luchó contra vientos aulladores, lluvias cegadoras y las mortales piedras heladas que caían del cielo. Buscó desesperadamente la seguridad de las tierras altas cuando las repentinas inundaciones irrumpían en su pueblo y dejaba su mundo en ruinas. Fue alcanzado por el recorrido del embudo giratorio de un monstruoso tornado, cuya sola contemplación causaba un horror increíble.”
De hecho, con la aparición de los primeros humanos se inició la construcción del riesgo, al irse combinando la probabilidad de la presencia de una amenaza o peligro y sus consecuencias negativas. En términos generales y técnicos, el riesgo se representa por la expresión:
Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad
Donde la amenaza de acuerdo con la terminología de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (ISDR) es un fenómeno, sustancia, actividad humana o condición peligrosa que puede ocasionar la muerte, lesiones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida de medios de sustento y de servicio, trastornos sociales y económicos o daños ambientales. La amenaza se determina en función de su intensidad y su frecuencia.
En tanto, la vulnerabilidad son las características y circunstancias de una comunidad, sistema o bien que los hacen susceptibles a los efectos dañinos de la amenaza.
Como podrá darse cuenta amigo lector de acuerdo con la expresión anterior, la amenaza y la vulnerabilidad por separado no representan ningún riesgo, es necesario que se junten o se combinen para generar la existencia de la probabilidad de riesgo.
En este sentido, las amenazas meteorológicas y climáticas (ciclones tropicales, tormentas locales, granizadas, tornados, nevadas, marejadas, inundaciones, sequias, olas de calor y de frío, El Niño, La Niña, etc) han representado y siguen representando el peligro más alto para la humanidad.
Así, lo confirman los informes de la Organización Meteorológica Mundial donde se establece que los desastres de origen hidrometeorológico son los que más daño ocasionan en el mundo. Por ejemplo, de los desastres reportados entre 1996 y 2007; las inundaciones representaron un poco más del 50% de la población afectada, generando el 30% de las pérdidas económicas de la totalidad de los desastres ocurridos. En promedio anual las inundaciones ocasionan más de 9,000 muertes, afectan a 115 millones de personas y provocan daños económicos del orden de los 19 billones de dólares.
Para el caso de México y de acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) dentro del periodo de 1999 a 2016 los fenómenos hidrometeorológicos representaron el 90.2% de las afectaciones, seguido por los químicos con un 5.1% (ver figura 1)
Afortunadamente la tendencia de la cantidad de fallecimientos en el mundo y en particular en nuestro país parece ir a la baja como se puede observar en la figura 2.
Así pues, los fenómenos meteorológicos y climáticos afectan de manera significativa a los centros urbanos y rurales, las actividades diarias y la propia salud de la población, la calidad del medio natural y por supuesto la economía nacional.
Por lo anterior, las ciencias de la meteorología, la climatología y en especial la hidrometeorología operativa adquieren una relevancia importante en especial en los países donde la ocurrencia de afectaciones por fenómenos meteorológicos es muy frecuente y con los costos más significativos.
Los productos meteorológicos operativos deben centrar gran parte de su atención en las actividades que tienen que ver con la Protección Civil, y varios estados de la República comienzan a desarrollar y consolidar sus propias áreas de meteorología para protección de la población. El Estado de Veracruz es pionero en esta unión estratégica y desde el 2008 integró un Centro de Estudios y Pronósticos Meteorológicos (CEPM) dentro de la Secretaría de Protección Civil de Veracruz (SPCVer), con excelentes resultados donde hay una retroalimentación directa y estrecha entre necesidades de la protección civil y productos y/o estudios que se realizan en el CEPM.
Diariamente se ponen a disposición del público y tomadores de decisiones información relevante para la prevención de riesgos hidrometeorológicos para la población. Esto es por prensa escrita, teléfono, correo electrónico, redes sociales, radio y televisión local. Se publican boletines, notas, avisos, pronósticos inmediatos y en caso de la presencia de un fenómeno atmosférico severo se emite la Alerta Gris.
El personal de CEPM está integrado por Licenciados en Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana y elaboran y transmiten diariamente los 365 días del año, los pronósticos desde tiempo inmediato hasta a tres días. Tan solo en radio y televisión se tienen unas 35 intervenciones diarias de lunes a viernes.
Se ha adicionado una herramienta muy importante como es la implementación de un modelo numérico de pronóstico exclusivamente orientado a las necesidades de Veracruz, se corre dos veces diariamente y se puede consultar en la página de internet de la SPCVer.
Muchos retos quedan aún por cubrir, como son el mejorar la confiabilidad de los pronósticos y extenderlos a cinco o más días. Establecer pronósticos específicos de deslaves en laderas de montañas, apoyar a CONAGUA con sus pronósticos de inundaciones, monitoreo y pronósticos de procesos costeros. Estos retos se irán resolviendo en los siguientes años.




Artículo: Se culpa a la lluvia sin razón.- Las inundaciones urbanas y la medición de la lluvia.

Se culpa a la lluvia sin razón
(Las inundaciones urbanas y la medición de la lluvia)

Por José Llanos Arias

En los últimos años es común escuchar, leer o ver en las noticias que las ciudades sufren de inundaciones que pueden deberse a diversos factores, tales como el propio crecimiento urbano, la acumulación de basura, la falta de drenaje, el azolve del drenaje existente, el drenaje que en un principio se diseño sólo para llevar aguas residuales y ahora se utiliza para el desalojo de aguas pluviales y los asentamientos en zonas propensas a inundaciones o más vulnerables; situaciones que, en realidad, reflejan la ausencia de planeación urbana.
Sin embargo, la problemática de las inundaciones suele asociarse más a la lluvia que se registra en una zona, que a los factores antes mencionados. Como es el agua la que de manera directa ocasiona la afectación, sentimos y afirmamos que la inundación es ocasionada por las precipitaciones que cada año parecen ser más intensas.
Como se mencionó al principio, existen diversos factores que en determinado momento pueden magnificar las inundaciones en zonas urbanas, pero el día de hoy sólo vamos a analizar el factor precipitación y para ello empezaremos por explicar cómo se mide la lluvia.
La precipitación se registra mediante unos instrumentos que son denominados pluviómetros, los cuales son confeccionados de tal forma que la lectura de lluvia que se registra en milímetros (mm) sea equiparable con la cantidad de agua que se pudiera recolectar por cada metro cuadrado de terreno y en el entendido de que no se tuviera ninguna pérdida del líquido. Así, un milímetro de lluvia equivale a un litro de agua por cada metro cuadrado.
Ahora, consideremos lo siguiente: si se registra una lluvia de 50 mm en una casa, cuya azotea tenga una superficie de 100 metros cuadrados, teóricamente se podrían recolectar 5,000 litros; es decir, 5 metros cúbicos de agua. Esta agua generalmente escurre hacia la calle y es transportada superficialmente por gravedad por la vía asfaltada hacia la zona baja donde tenderá a acumularse.
Cuando el terreno es natural y con vegetación, una parte de la lluvia se infiltra y el escurrimiento puede tornarse más lento, lo que favorece una disminución de la cantidad de agua acumulada por segundo, pero si la mancha urbana y la infraestructura pavimentada crece, prácticamente puede considerarse que la lluvia registrada escurrirá en su totalidad y casi de manera inmediata aguas abajo, donde se acumulará en mayor medida y en menor tiempo.
Como podremos deducir fácilmente, si los asentamientos urbanos continúan creciendo –crecimiento que generalmente se da la parte baja hacia la alta- y sin las medidas adecuadas para desalojar el agua de lluvia, seguramente no será necesario que se registren lluvias más copiosas para tener afectaciones, lo que es peor: con valores menores de lluvia podrán generarse mayores afectaciones.
A todo lo anterior, se debe agregar que la precipitación es uno de los fenómenos meteorológicos que presenta una mayor variabilidad tanto en espacio como en tiempo, esto es: la magnitud o cantidad de lluvia no es homogénea para una misma zona, lo anterior debido a la dinámica de la atmósfera y por efectos orográficos. En muchas ciudades esta característica ya es muy perceptible, especialmente cuando en un recorrido dentro de nuestra ciudad podemos observar zonas donde se registra un fuerte aguacero, otra donde se tiene lluvia ligera y otra más donde ni si quiera llueve, a este tipo de fenómeno se le ha denominado islas de precipitación.
Así pues, el agua de lluvia también reclama su espacio, por lo que en los desarrollos urbanos se deberá poner más énfasis en este aspecto y en especial en aquellas zonas donde el cambio climático augura una abundancia de precipitaciones.
En este sentido, algunos ingenieros hidráulicos proponen que las ciudades cuenten con zonas naturales de inundación; es decir, de almacenamiento momentáneo de agua de lluvia. También proponen que, en nuestros propios hogares, se consideren áreas de almacenamiento y otros más sugieren el diseño de superficies combinadas donde no exista una total impermeabilización para favorecer la infiltración.
Pero ante todas las posibles soluciones que se nos puedan ocurrir para mitigar los daños ocasionados por la lluvia u otros fenómenos meteorológicos, lo cierto es que, cada día, nos estamos volviendo más vulnerables por no respetar la naturaleza que, tarde o temprano, nos cobrará la factura.

*Fotos tomadas de Internet






Boletín Semanal 6 al 12 de octubre 2017




Boletín Meteorológico Matutino 6 de octubre de 2017